martes, 22 de junio de 2010

PESADILLA (1) Y ella.

Dibujo hecho el 27/05/2010 de la pesadilla constante del mes pasado, cada noche con fiebre soñando lo mismo.
Ella viene a mi, con sus pelos algo revueltos y no riendo, sino lamentandose, queriendo que comprenda. Saca sus ojos y me los muestra, acurrucándose hasta sentarse al lado de mi almohada. Los ojos pasan de una mano a otra.

En los primeros sueños ella se mantenía a los pies de mi cama, de pie y alargaba sus brazos para mostrarme sus ojos, en sus manos. Yo gritaba, asustada .
En los siguientes sueños ella ya aparecía justo mi lado, parecía estar cansada de insistir, no quiere que los toque, es más yo no puedo moverme, pero ella se balancea , los mueve en sus manos, y yo por mucho que me esfuerzo no la logro entender. En sus cara no hay expresión de nada, solo de tristeza y agonía al no ser comprendida. Al principio pensé que reía, pero no es así, simplemente es una locura que lleva arrastrando porque no sabe como hacerme entender algo que no logro comprender.

¿Que puedo ver que vea ella y yo no?

S

He creado un mundo y de él vivo cuando me sumerjo en sus aguas.

Dos orificios desnudos.
Respiro continuamente sus ideas y al cerrar los ojos mi espíritu me envuelve como una de esas telas sedosas que en verano perfeccionan el cuerpo femenino sin complejos, masificando la perfección del viento y el significado de cada soplo al chocar poderoso contra un cuerpo.
De las pestañas caídas no tengo más que decir que son el punto en el que se suicida la diagonal de la armonía, bajando por el cuello estirado, en equilibrio, y marchitandose en cada punta quebradiza de un cabello que roza el suelo y se deja mecer como un niño en brazos de mármol, frió.
El sol, no presente en mi imagen, parece dibujar un leve brillo en lo que delimita la piel y deja ver el espacio, piel rubicunda con leves pinceladas de un dorado casi esponjoso.
La boca siempre semiabierta (una catarata entre los labios) para que por ella pueda expulsar los residuos de lo vital, sin sonido. Caen nuestros propios pensamientos que pueden dañar como excrementos nuestra mente y se esfuman, dejando a un lado lo que nos interesan, nuestra inventiva.
Imagina un espacio blanco sin esquinas ni crujidos.
Sintiendo tu mente en tal posición, "yo" no es importante, ahora no.
Los ojos están tapados por unos párpados débiles que nos indican lo sobresaltado que hay en su interior, el torso estirado, el pecho valiente en el punto medio de la composición, en tensión, bajo un brazo que aguanta todo el peso de esa caja de huesos cubierta de una piel perfecta.
Las piernas no son nada porque yacen muertas de dolor ante la belleza del descanso y la suavidad de las curvas.
La visión se aleja y puedo sentir el olor de todo esto que entra en mi cabeza como imagen y escupo dando vueltas con una mano medio atontada.

Ha esto se le llama libertad e inspiración.

Y cuando vuelvo a mi me atraviesa una realidad que me alborota y sonrió, no por poder escribir lo que para mi fue simplemente la imagen de una sensación tan pura como la inspiración tranquila, acostada, relajada, sintiendo cada chispa a su alrededor para así alimentarse (limpia de todo, libre en ese instante) sino por haber podido ver aquello.


Buenas noches.

"Voy a crear historias que trastoquen a mundos enteros"