miércoles, 21 de julio de 2010

U

Tumbada sobre el colchón puedo escuchar tu voz.
Hablas tan lento con esta luz de luna que no queda otra opción que silenciar todo el entorno para poder concentrarme solo en tus labios. Hay azul en el techo, verde y una pizca de naranja. Tus manos se concentran en no rozarme ni un poco, tus ojos en no mirarme y tu mente en ignorarme.
Lo echaba de menos.
Todas estas palabras confiadas dirigidas al viento, las sonrisas a oscuras, el que te burlaras de mi nombre y dejaras que yo me enfurruñara y te pegará.
Sentirme querida de este modo tan poco convencional.

domingo, 18 de julio de 2010

T


Nunca empiezas de cero. La consciencia es como una puta termita. Nos termina agujereando el cráneo, el cerebro y por supuesto el corazón.
Mi propia irrealidad me esta descuartizando, matando lentamente.
Ya no sé que debo ser. Ya no hay nada que me camufle, que me sirva.
Me cansé.

viernes, 16 de julio de 2010

CONTROL


La película CONTROL de Anton Corbijn no es otra cosa que un espectáculo visual y delirante que me ha cautivado y por más que lo intento no se escapa de mi cabeza.

Ya con la primera secuencia la película nos anuncia la sensibilidad y profundidad que Anton Corbijn, fotografo holandes que en sus tiempos fotografio al propio Curtis, nos muestra no solo con un guion exquisito, aunque breve, sino también con cada uno de los planos tan bien pensados que podemos encontrar en esta obra de arte ( pues creo que no se merece otro puesto).

El tratamiento de la fotografía, en blanco y negro, dramatiza mucho más la visión que nos ofrece del vocalista Ian Curtis, miembro de la banda Joy division, atormentado por su vida y sus propias inquietudes difíciles de entender incluso por él mismo.
Su preocupación por la enfermedad que padece, su mundo interior que le atormenta y los vínculos personales que duelen al ser rotos o creados inconscientemente. La vida misma y sus preguntas.
Los silencios y la música.
Podríamos pensar que la película se centra en la carrera de este grupo post-punk, pero no.
Se centra en Ian Curtis y su mente, su manera de sentir como romantico en exceso, no como el siniestro y depresivo personaje que objetivamente parece ser.
Los sueños, los propósitos que siempre nos hacen abandonar unos aspectos vitales por otros de una forma obligada hecho que al final realmente, bajo mi punto de vista, es lo que consume a nuestro protagonista.
Incomprension exterior a un amor puro, que no puede ser admitido por el resto ni ser compartido.
Descaradamente buena.
No puedo decir nada más porque simplemente no me sé explicar, cada escena es poética.