jueves, 18 de junio de 2009

J

Algún día desgarrare mi corazón.

No soporto este estado inflamable que se adueña de mi mente, no es tan solo la atracción sexual que muchos de los adolescentes de hoy en día confunden llamándolo "amor", es algo más puro.
Aun así en mi mente no asocio el poder hablar compatir cualquier tarea cotidiana contigo, es tal mi locura que me he autoconvencido a mi misma que no tengo nada que hacer.
Eres la palabra lejos.
Una vez, hace dos días, se me acerco la mujer de hielo y me contó que para conseguir a una persona simplemente hay que quererla, y que ese sentimiento le haría acercarse a mi. Yo caí en desgracia, dentro de mi cabecita tan solo existía el negro o aquel color azul marino propio de la duda más caótica y decidí tirar la toalla.
Pero eso no existe, nunca lo han intentado hacer?

Pasaron los días, las horas y un avión por el cielo, o incluso varios. Y me sumergí más en la visión de cada uno de sus rizos perfumados con el champú verde de los anuncios. Su collar alrededor de su cuello siempre perfecto y su forma asustada de esconderse cuando el escenario se llena de su propio carisma. Sus palabras son pocas, pero tímidas. Sus miradas largas y ruidosas y sus gestos rápidos y suaves.
Y yo ya no entiendo porque me mira y me señala en medio de una canción, porque yo bajo la mirada y le regalo veneno para el pensamiento. No entiendo porque me miras, porque no lo haces y porque no chillas que quieres lo mismo que yo. Y es que no lo entiendo, no me situo... ya no puedo.

Quien no querría lo que puedo ofrecerte yo?

El juego de las sillas se termino cuando te quedaste levantada en medio del mundo y todo el mundo encontró donde sentarse, incluido él.
Tengo miedo.