martes, 10 de abril de 2012

Identidad

He perdido el rumbo, ya no leo, no escribo, no pinto, no sueño, no como.
Se perdio el hambre de aprender, de ser y poco anda derecho y con sentido.

La pastilla amarilla me devuelve a la vida lejos de ansiedad o me atormenta con su falta.
Drogas sinteticas, hirientes. Maldigo el momento en que quise malvivir entre paraisos artificiales. Os cuento mi vida como la he sentido, reprimida en mi misma o mis ideales, exacto, aquellos que no aparecieron nunca y que ahora intento solucionar.

No sé puede odiar ni obviar.
No sé puede vivir alcoholizada todos los fines de semana con 17 años, no sé puede salir corriendo y meterse en una espiral de drogas, alcohol, y sexo sin el propio respeto.
No sé puede encontrar la felicidad a las 6 de la mañana tumbada en un cesped humedo, tiritando de frio, con el sabor amargo de amfetaminas en la garganta, con una triste botella de agua como acompañante del desenfreno pensando que eso es ser adulta.
Añades el conocer a la gente y sufrir que te bajen las bragas mientras duermes.
Todo eso ha quedado atrás, ahora algo de estabilidad y calma viene a mi. Algo de aquella Tania que hace 6 años se escondio comienza a querer respirar, comienza a crecer, comienza a entender y a no tener miedo de las respuestas.

No tengo miedo de preguntar, ayer volvi a escribir poesia.
Vuelvo a reconocer mi identidad propia y a dejar de lado esa identidad social que me hice al reprimirme y odiarme hace ya mucho tiempo.

Me cuesta encontrar el sentido de mi vida con 22 años.

Saludos

1 comentario:

Joselu dijo...

A todos nos cuesta mucho, Tania. Has tenido tu particular descenso al infierno. Ahora ya sabes que hay allí. Frío y desolación. Y soledad. Esta puede ser una de las temporadas que alienten a tu vida a tirar hacia delante. Ahora sabes por dónde no está el camino. La vida funciona por ensayo-error. Hay algunos que lo tienen tan claro que no dudan, que no cometen errores, que no caen. Tú has caído. Las caídas nos enseñan, y luego hay que levantarse. Sin duda has aprendido mucho y seguro que algo de lo que has experimentado puede incorporarse a tus mundos de ficción. Si lees lo que he escrito, verás como yo a mi edad, también necesito abrirme en canal y tomar pastillitas para mantenerme. Pero hoy sentía una honda satisfacción de vivir, de haber vivido lo que he vivido (con su cúmulo de errores) y de ser lo que soy, sin ninguna vanidad pero sí con orgullo (no es lo mismo). Me ha encantado volver a saber de ti. Te conocí hace seis o siete años y sé lo que vales. Vales mucho, Tania. Tienes que reconstruirte a ti misma lo que es una tarea fascinante. La vida empieza ahora y lo otro ha sido un mal sueño. Nos pasamos la vida despertando. Si necesitas algo, sílbame. Me encantaría que escribieras sobre mi último post. En él me desnudo hasta las raíces. Tú también lo haces en el tuyo. Un abrazo muy fuerte.