lunes, 13 de octubre de 2008

Llevo dos años observando mar con tierra, hemisferios y vientos. Sin otro objetivo que el de procurar que aparezcas.
Se que en las tardes de invierno el silencio helado que maltrata mi voz no es más que tu alarido frio, ensordecedor, que grita para que nos encontremos. El tejido suave que envuelve tu cuello te delata.
Las ojas mueren contra el suelo gris de esta ciudad oscura, caen gotas y escupen dias, horas y segundos.
Tu me faltas.
En este romanticismo pedante se han marchitado sueños, pesadillas y algun que otro intento de lo que crei conseguir.
No estas.
Te he visto en el vagon de metro una mañana, mas mis ojos te hablaban pegajosos de sueño, de ganas de dormir abrazada a la dulzurar del querer. Te he perdido sin mencionar tu nombre.
Me odio.
Me he arrojado a brazos temblorosos que carecen de fuerza y compasion, de muñeca sucia y desgarrada. De ojos en blanco de llantos oscuros por no saber en que convertirme.
Te he visto.
Solo en medio de la nada. Esperando no obtener nada. Fumando lentamente, calada a calada, sin obtener nada. Sin sentido. Rodeado de gente, sin conocer nada.

Perdida en los sentimientos llenos de incognitas, no comprendo donde situar mi cuerpo. Tras la ventana encuentro cada dia una nueva situación que no llama mi curiosisdad. El pelo sin vida y la camisa abierta de abajo arriba.

Nadie puede entender nada, agradezco que no leas nunca esto, lo sé.

1 comentario:

CyRa dijo...

He llegado por casualidad a este espacio, y no podia cerrar la ventanita sin, almenos, felicitarte!
Me gusta lo que leo, y si no te importa, me iré pasando!
Un abrazo.