sábado, 20 de marzo de 2010

REFLEXION SOBRE EL FUTURO

No consigo entenderlo por más que lo observo.
Es posible que la critica se mantenga constante en mis adentros y el tiempo poco a poco pase sin remediar ni levemente aclarar aquellas preguntas simples que supongo que todos nos planteamos, o por otra parte seria interesante que así ocurriera.
La cotidianidad y el conformismo es algo que nos esta abordando, que nos agarra y succiona cada uno de los ideales que tanto nos costo fabricar en un tiempo no tan lejano. Aspiraciones, el maravilloso futuro ideal, sacrificarse... todo esto hoy en día a los ojos de todos nos parece algo caótico de empezar ya que no asegura un pilar en el que sostenerte.
Los jóvenes de hoy en día que con 18 -20 años apuestan por el conocimiento, el intelecto, el aprendizaje de aquello a lo que simplemente quieren dedicarse en su vida y que no afecta a nadie negativamente han pasado a ser los nuevos románticos de este siglo que empieza no prometiendo nada.
Siento verguenza. Ganas de escapar.
El capitalismo y la hipocresia se esta adueñando de todo lo que nos rodea, y nosotros somos los primeros que nos dejamos dominar. Ahora todo lo brinda el dinero, posiblemente antes también era el caso, pero ahora es lo primordial. Nadie apuesta por ti, ni siquiera tu mismo te ves con la fuerza de apostar por ello, parece desperdiciar un tiempo en el que es mucho más fácil ponerse a trabajar e ir ahorrando para después cuando ya no te quieran en el puesto de dependienta simpática porque cumples 30 años puedas vivir con la mierda de ahorros que acumulastes, porque hoy en día con esta edad, seamos francos, es casi imposible encontrar un puesto de trabajo a no ser que tengas estudios específicos o titulaciones varias, y busquen conocimiento y experiencia.
Reflexionemos y reaccionemos de una vez porque yo no puedo entenderlo. Padres desesperados buscando empleo para mantener a pequeños. Familias enteras viviendo en un piso de tres habitaciones, y jóvenes que en un futuro serán los que tiren de este país trabajando en zapaterías, macdonals, supermercados, porque no pudieron pagarse una carrera (o vieron muy difícil conseguirlo porque nadie les dijo " si queréis podéis, hay que intentarlo"), porque cuando realmente alcanzan la suma o la capacidad de razonamiento que supone plantearte tu futuro fríamente se encuentran que ya no son aquellos chicos con aspiraciones, ahora tienen una vida montada al margen de todo aquello y deja de ser compatible.

Dicen que querer es poder. Todo el mundo queremos y aspiramos, no nos engañemos.
Quien lo aguanta?
Hoy en día nadie se plantea conseguir lo que queremos, porque parece imposible llegar a ello, y hay, en este punto tan simple se encuentra la cuestión.

Una persona de 30 años sin estudios que no encuentra trabajo es tan capaz de colocar paquetes de spaguetis en una estantería como una de 18 con algún tipo de aspiración.

Cambiemos esto. Yo no quiero vivir en esta mentira, no quiero ese futuro. No quiero desánimos, no quiero que me pidan 3.000 euros por un curso, que al fin y al cabo beneficia al estado en parte, pues tendré unos conocimientos y en un futuro podre tirar de este país gracias a ellos. No quiero vivir en un piso de 30 metros cuadrados. No quiero vivir con mis padres hasta los 28 y que me mantengan, no!
No es posible que no entendamos esto. No quiero tener 30 años y encontrarme en la calle porque soy "un viejo". No lo soporto. Ni lo entiendo. Es lógico y es factible si realmente lo pensamos.

Cada uno debe de estar en su lugar. No todos los jóvenes de hoy en día son actos para formarse o aspiran a ello, pero gran parte si, y lo preocupante es que o no se creen capaces o simplemente ven una vía más fácil el trabajar y vivir el presente sin plantearse un futuro que dan por perdido.

Esto es horrible.

Tania.

P.D: esto deberia ser denunciable, estoy francamente asqueda, confundida y desilusionada con lo que nos rodea, puede que sea una vision una tanto desastrosa o solo sea hoy que me encuentro con estas ideas, pero de verdad, no hay lógica alguna.

3 comentarios:

Dara dijo...

soy una romántica que coleccionaría fotografías en las paredes de su encantador piso de treinta metros cuadrados. las casas grandes me dan susto, las aspiraciones no. ninguno.



(besodeesquimal)

Joselu dijo...

Entiendo tu desazón, tu malestar interno. Estás dándote de bruces contra el futuro y te haces preguntas y planteas reflexiones. Detecto en buena parte de la juventud una fuerte dosis de conformismo y escasa capacidad de resistencia. Y ello es fruto de haber sido criados en una sociedad del bienestar con todas las comodidades en la que no ha habido que luchar para nada, esperando que el futuro fuera -como había sido hasta ahora- una dimensión accesible sin demasiada complicación. Pero, pero, las cosas se han puestos jodidas por lo que dices, y no estáis preparados para resistir como lo estuvieron vuestros abuelos y tal vez vuestros padres. De ahí el desconcierto. En cierta manera no tenéis la culpa porque os educamos entre algodones diciéndoos implícitamente que todo sería tan fácil como fue vuestra niñez y adolescencia, pero el futuro ha llegado y nos ha sorprendido a todos. Unos colocados y otros dándose cuenta de que nada va a ser fácil. Es cierto. Tenéis que crear una moral de resistencia, de lucha, de inconformismo, pero no sólo para poder acceder a pisos grandes. Hay opciones. Cuando yo era joven, nos íbamos de casa a los veinte años (la mayoría de edad era a los veintiuno)y alquilábamos pisos entre cuatro compañeros y así viví más de catorce años. Compartir piso era una ocasión de abrirse al mundo. No podéis esperar tener un piso de propiedad a los veinticinco. Quizás haya que ensayar otras opciones. Tenéis que cambiar -tenemos todos- vuestra forma de estar en el mundo y luchar, qué narices, luchar por vosotros y por la humanidad. El mundo no acaba donde acaba nuestro círculo. Un fuerte abrazo desde Galicia.

Joselu dijo...

No dejes morir el blog. Me gusta oír tu voz de joven crítica y entender tus conflictos. Un abrazo.